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La siguiente poesía fue colaboración de una lectora que se hace llamar Chica de la laptop rosa, quien envió éste poema para que se publicara en el blog. Esperamos que les guste.
Ojala te encuentre por aquí
Ojala te encuentre paseando por uno de aquellos caminos,
De esos en los que las hojas cubrían el suelo y el viento los rincones,
Los espacios que buscábamos entre llovizna y granizo para arroparnos,
El pequeño huequito en el árbol que un día nos vio enamorarnos.
Espero verte caminando por la orilla de aquellos lagos,
Los que vieron nuestros rubores cuando por fin nos besamos,
Es posible que me ignores hasta creo que lo harás,
Pero pienso que a pesar de todo me intentarás mirar.
Hoy quedamos como siempre el andar por las veredas,
Es el día esperado para regresar a nuestro punto encontrado,
El lugar que mucho tiempo atrás apartamos,
El valor que le dimos al tiempo cuando no estuvimos presentes.
Te escribo ésta carta por si decides faltar,
No es que sea obligación acudir,
Pero se puede prestar que andando enojados,
Sea muy tentativo ignorar.
Si en algún momento de tu vida decides parar,
Detente en el árbol que está junto a la valla,
Siéntate tranquilo a observar tal maravilla,
Toma entre tus manos el papel y no te pierdas al leer.
Saludos
María del Carmen
Había pasado todo el día con su mamá, en gran centro comercial. Esa bella niña de cabello marrón oscuro, pecosa, clara imagen de la inocencia, no debía tener más de ocho años.
Todos nos quedamos frente a la puerta. Cuidándonos de no mojarnos con la lluvia. Todos esperábamos, algunos con paciencia y otros impacientes, porque la naturaleza estaba estropeando la prisa rutinaria. Siempre me ha gustado la lluvia, los recuerdos de mi infancia, corriendo bajo las gruesas gotas de lluvia, eran bienvenidos como un forma de aliviar todas mis preocupaciones.
La voz de la niña era tan dulce, que me saco de mi trance hipnótico con una inocente frase "mamá corramos por la lluvia"
-¿ Qué ?-dijo la madre -"si mamá ... corramos por la lluvia.
-No mi amor, esperemos a que deje de llover- contesto la madre. La niña espero otro momento y repitió--mamá corramos por la lluvia.- y la madre volvió a decirle.
-si lo hacemos nos majaremos.
-No mami, no nos mojaremos. Eso no fue lo que le decías a papá. Tal fue la respuesta de la niña mientras jalaba el brazo de su madre.
-¿Ésta mañana? ¿Cuando dije que podemos correr por la lluvia y no mojarnos?
-¿Ya no lo recuerdas? Cuando hablabas con papá acerca de esa enfermedad terrible, tú le dijiste que si Dios nos hace pasar por todo esto, puede hacernos pasar por cualquier cosa.
Todos nos quedamos en silencio. No escuchábamos nada más que la lluvia caer. Todos nos quedamos parados, silenciosamente.
La madre se detuvo a pensar por un momento acerca de lo que debía responder. Este era un momento importante en la vida de la niña, en el que la inocencia y la confianza podían ser motivadas de manera que algún día florecieran en una inquebrantable fe.
-Amor, tienes razón, corramos por la lluvia. Y si Dios permite que nos empapemos, puede que el sepa que necesitamos una lavita. –Dijo- y salieron
corriendo.
Todos nos quedamos observándolos, riéndonos, mientras corrían por el estacionamiento, pisando los charcos, por supuesto que se mojaron. Pero no fueron los únicos, las siguieron unos cuantos que reían como niños, mientras corrían hacia sus autos. Si yo también corrí. Y si, también me moje seguro que Dios pensaba que necesitaba una lavadita.
La vida, las circunstancias o las personas, pueden quitarnos nuestros bienes más preciados, dinero, salud. Pero nada ni nadie puede quitarnos nuestras posesiones mas preciadas.
Así que decidí que nunca más olvidaría tomarme un tiempo para correr por la lluvia y darme una lavadita.
Saludos
María del Carmen
Hoy dormiré temprano,
Éste día tenía algo que decir,
Algo importante para los dos,
No era nada malo, lo prometí.
Él no lo había visto igual que yo,
Nuestras mentes iban por caminos similares,
Pero el corazón había tomado un atajo,
Ya no teníamos el mismo destino.
Sigo frente al monitor,
Esperando su nombre en la pantalla,
Anhelando que sus palabras aparezcan,
Pero solo veo su mensaje que me dice que no regresará.
Me duele tanto que le duela,
Que me hace falta estar con él,
Aferrarme a una sonrisa,
Solo una de aquellas tantas.
El tiempo se volvió enemigo,
Junto con el espacio que compartimos,
Ahora solo quedo yo,
Y el dibujo que hizo para mí.
Separados por miradas,
Estoy del lado de la ventana,
Tengo la ilusión de que vuelva,
A dejar una rosa con sus besos en ella.
Nadie me dijo que ser valiente fuese a doler,
Que decir la verdad fuera tan peligroso,
Que buscar su felicidad me costaría lágrimas,
Pero no mías, si no de él.
Es más de medianoche
Y la esperanza sigue en pie,
Mis labios pronuncian su nombre,
Y la culpa solo sigue su paso dentro de mí.
Quisiera que pudiera entender,
Que todo lo que he hecho,
Ha sido por él y para él,
Porque en nadie más he encontrado
El tesoro que me ha dado.
Hoy dormiré temprano,
él no regresó,
y sabiendo que quizás no vuelva,
dejaré la luz encendida,
por si decide dejar sus recuerdos por aquí.
Saludos
María del Carmen
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