Una lavadita

Una de las lectoras de Librosintinta que firmó bajo el nombre de Urpicha envió uno de sus trabajos para publicarlo en el blog de Palabras más palabras menos. Es un cuento corto de contenido sumamente valioso, a mi parecer resume en pocas líneas el concepto de esperanza, fé y sobre todo la conciencia de la realidad. Seguramente muchos encontrarán que en su vida, varias veces han necesitado algo de lluvia.

Una lavadita

Había pasado todo el día con su mamá, en gran centro comercial. Esa bella niña de cabello marrón oscuro, pecosa, clara imagen de la inocencia, no debía tener más de ocho años.

Todos nos quedamos frente a la puerta. Cuidándonos de no mojarnos con la lluvia. Todos esperábamos, algunos con paciencia y otros impacientes, porque la naturaleza estaba estropeando la prisa rutinaria. Siempre me ha gustado la lluvia, los recuerdos de mi infancia, corriendo bajo las gruesas gotas de lluvia, eran bienvenidos como un forma de aliviar todas mis preocupaciones.


La voz de la niña era tan dulce, que me saco de mi trance hipnótico con una inocente frase "mamá corramos por la lluvia"

-¿ Qué ?-dijo la madre -"si mamá ... corramos por la lluvia.

-No mi amor, esperemos a que deje de llover- contesto la madre. La niña espero otro momento y repitió--mamá corramos por la lluvia.- y la madre volvió a decirle.
-si lo hacemos nos majaremos.

-No mami, no nos mojaremos. Eso no fue lo que le decías a papá. Tal fue la respuesta de la niña mientras jalaba el brazo de su madre.

-¿Ésta mañana? ¿Cuando dije que podemos correr por la lluvia y no mojarnos?


-¿Ya no lo recuerdas? Cuando hablabas con papá acerca de esa enfermedad terrible, tú le dijiste que si Dios nos hace pasar por todo esto, puede hacernos pasar por cualquier cosa.

Todos nos quedamos en silencio. No escuchábamos nada más que la lluvia caer. Todos nos quedamos parados, silenciosamente.

La madre se detuvo a pensar por un momento acerca de lo que debía responder. Este era un momento importante en la vida de la niña, en el que la inocencia y la confianza podían ser motivadas de manera que algún día florecieran en una inquebrantable fe.

-Amor, tienes razón, corramos por la lluvia. Y si Dios permite que nos empapemos, puede que el sepa que necesitamos una lavita. –Dijo- y salieron
corriendo.

Todos nos quedamos observándolos, riéndonos, mientras corrían por el estacionamiento, pisando los charcos, por supuesto que se mojaron. Pero no fueron los únicos, las siguieron unos cuantos que reían como niños, mientras corrían hacia sus autos. Si yo también corrí. Y si, también me moje seguro que Dios pensaba que necesitaba una lavadita.

La vida, las circunstancias o las personas, pueden quitarnos nuestros bienes más preciados, dinero, salud. Pero nada ni nadie puede quitarnos nuestras posesiones mas preciadas.


Así que decidí que nunca más olvidaría tomarme un tiempo para correr por la lluvia y darme una lavadita.


Saludos

María del Carmen

Estamos tan unidos

Estamos tan unidos

Creo que he pensado mucho en ti,
mis días no han sido iguales,
quizás semanas, un mes?
bastante tiempo diría yo.

Estamos tan juntos,
tan compenetrados
que te sigo sintiendo a mi lado,
porque no logro olvidarlo.

Tu cara en mi mente,
Dios, no es un juego,
estoy perdidamente enamorada,
mi vida, ya no soy una niña.

Pero que puedo hacer?
Estamos tan unidos
tan juntos,
que ahora es imposible sacarte de mí.

Ahora que no puedo evitarlo,
justo cuando no te tengo,
es cuando empiezo a lamentarlo,
el momento en el que no puedo hacer nada.

Que tarde es para darse cuenta,
justamente yo la que vino a llorarte,
quien hoy te pide perdón,
quizás no me escuches.

No te culpo si quisieras cerrarme la puerta,
yo también me olvidaría de mí si pudiera,
pero ahora que estoy frente a ti,
solo quiero seguirte viendo.

Porque no soy tan fuerte
estamos tan unidos,
que no me basto para vivir,
porque el aire, la vida o el mundo no son tú.

Justamente hoy me di cuenta,
cuando salí a la calle,
y el murmullo del mundo me dijo,
que estaba sola y sin ti.

Saludos

María del Carmen

Guarda éste baile para mí

Guarda éste baile para mí


No es nada nuevo que andes vagando por el mundo,
sin un rumbo fijo y con la cabeza en alto,
aún si tus bolsillos están vacíos y las esperanzas rotas,
sin un brillo en los ojos o sonrisa en los labios.

Con un peso que no dejas ver,
oculto bajo una tela de orgullo,
en donde guardas tus secretos y sueños,
un espacio en donde no caben más que tú y la soledad.

Baila conmigo ésta vez,
guarda un minuto para mí,
para una danza lenta,
solo un momento para dejar todo ir.

Sigues caminando con sombras a tus lados,
a mi no me has sentido,
así como no me he dejado ver,
soy el aire que te acompaña, que no logras respirar.

No decaigas en suspiros,
dejar ir el pasado es una opción,
que la lluvia limpie lo que el tiempo no logró sanar,
permítele a la vida mostrarte otra perspectiva.

Confía en lo incierto aquello que te preocupa,
pon en tus ojos un dejo de luz,
el enemigo de tus noches solitarias,
no es más que un recuerdo olvidado.

Gurdando éste baile para mí,
verás que fácil es dejarte llevar,
podrás sentir que dejaste atrás la vida,
y darás comienzo a una nueva.

Saludos

María del Carmen